En un mundo dominado por la inmediatez y las redes sociales, el miedo a no estar en el lugar y en el momento adecuados se ha convertido, para muchos, en una obsesión.
El FOMO (del inglés fear of missing out), es el término empleado para referirse a ese “miedo a perderse algo”. Un fenómeno que afecta especialmente a la juventud y que puede llegar a provocar problemas de salud mental y emocional si no se gestiona del modo adecuado.
¿Por qué se produce el FOMO y qué efectos produce?
Las redes sociales han contribuido a la creación de un mundo idealizado saturado de imágenes de eventos, viajes y actividades que transmiten la sensación de que en todo momento está sucediendo algo emocionante. Como consecuencia, las personas más expuestas a estas plataformas (especialmente los jóvenes), desarrollan cierta ansiedad ante la convicción de que se están perdiendo algo importante.
El FOMO es producto de la comparación constante con la vida de otros y sus experiencias, y se intensifica por el acceso inmediato a esa información que proporcionan las nuevas tecnologías. Tiene un impacto negativo en la estabilidad mental y emocional de las personas, generando cuadros de ansiedad, problemas de autoestima o depresión.
¿Cómo gestionar el FOMO?
El síndrome de FOMO está estrechamente vinculado a la era digital. Para manejarlo correctamente es imprescindible limitar el uso de las tecnologías que aumentan la presión social y favorecen a su desarrollo. Estas son algunas pautas útiles para gestionar este síndrome con eficiencia:
- Consultar las redes sociales solo en determinados momentos del día y por un tiempo limitado.
- Valorar las experiencias personales y evitar compararlas con las vivencias de otros, a menudo maquilladas de irrealidad.
- Vivir el presente sin compartirlo en redes y sin más expectativas que la de disfrutar del momento.
- Evaluar los deseos, aspiraciones y necesidades propias, más allá de aquellas impuestas por la presión social.
En los cuadros de FOMO más graves (como depresión o aislamiento social), podría ser necesaria la asistencia de un especialista en salud mental. Los seguros de salud más completos incluyen este tipo de coberturas y brindan acceso a tratamientos profesionales en una extensa red de centros médicos.