Los nuevos mecanismos de revalorización de las pensiones han supuesto un cambio importante este 2023. Pero este es solo el principio. La nueva legislación introduce las modificaciones necesarias para evitar que los jubilados pierdan poder adquisitivo también en los próximos años.
Los cambios afectan tanto a las pensiones contributivas como a las no contributivas. Las primeras se han ajustado con respecto a la subida del IPC (8 %) y para las segundas se ha aplicado una prórroga del incremento del 15 % en 2023.
Un calendario de subidas progresivas
No se trata de cambios puntuales. Estas modificaciones al alza también se verán reflejadas en las pensiones de 2024. De hecho, está previsto un incremento progresivo de aquí a 2027.
El objetivo es que para ese año las pensiones no contributivas hayan alcanzado ya el 60 % de la renta media española. Se evitará así el empobrecimiento de la población más adulta y vulnerable ante las subidas del precio de la vida.
Son algunos de los escenarios que también contemplan los seguros de vida integrales, un producto muy recomendable para quienes quieren invertir en tranquilidad, con capital revalorizable y coberturas en caso de fallecimiento o invalidez.
Reducción de la brecha de género y sostenibilidad del sistema
Las cuantías de referencia y las condiciones para su acceso irán variando en los próximos 4 años, haciendo hincapié en la reducción de la brecha de género. Con este incremento porcentual año tras año, se espera que en 2027 las pensiones mínimas de jubilación en caso de tener cónyuge a cargo pasen de los 13.526,80 euros anuales actuales a los 16.500 euros por año.
También es de destacar que las pensiones contributivas volverán a actualizarse en 2024 de acuerdo con el incremento del IPC. Para la realización de este cálculo se tomarán como referencia las cifras del IPC medio interanual que se registren en el próximo mes de noviembre.